jueves, 14 de febrero de 2008

ﺟﻬﺎﺩ

Alá es grande, y solo hay uno. Estoy agradecido a Abdul que me presentara al iman Idbin. Me prestaron unos libros de su biblioteca y yo no sé porque se escandalizan la manera en que se relacionan con las mujeres, es una tradición que ellas aceptan porque saben que es lo mejor para la familia. Estoy aprendiendo mucho de estos mis amigos árabes. Me siento con ellos en el patio de la facultad y me explican que Yihad es una lucha espirtual y es una obligación impuesta por Allah sobre cada musulmán y no puede ser ignorada ni eludida. Yo que siempre he ido dando bandazos de un lado a otro creo que he encontrado el camino.

Me gustaría unirme a su lucha, me han recomendado que use un programa informático que me va a servir mucho para contribuir en su proyecto en Sevilla, y no me refiero a la construcción de su mezquita los de los Bermejales (se van a enterar y se van a arrepentir de haberles impedido tener su sede allí) me han comentado que no diga a nadie nada de esto, pero total, aquí en esta pensión sigo a mi bola como un autista, la Maritrini esa hablando sola por las paredes y gente que va de un lado a otro medio cabreada, bastantes cosas tienen en la cabeza para preocuparse de lo que haga en mi cuarto con el portátil. Si por mi fuera a mas de uno ... en fin, que no puedo hablar, pero algún día se van a enterar.

De todas maneras el único que me alegra un poquito la estancia es el cocinero Martín, por las mañanas, si no fuera por el olor que sube desde la cocina sería incapaz de tragar bocado cuando bajo. Esta siempre sonriente de un lado para otro cargado con los productos del mercado no me importaría ayudarle ahora que tengo tanto tiempo y a ver si me entero de esas recetas que mi madre me manda y que no consigo a pesar de que sigo todos sus pasos.

En cuanto al dueño de la pensión, ya me ha dejado tranquilo, que sino ya habría robado uno de los cuchillos a Martín y me hubiera ido con viento fresco, total, aquí nadie me conoce. Ya veremos, ... tal vez pruebe con alguien, veneno sería menos sospechoso, pero antes tengo que hacerme amigo del cocinero para una receta que no deje huella, aunque las calderas tambien es un buen sitio para hacer desaparecer a quien tengo en la cabeza pero ese sitio es menos accesible. Mmmm.