viernes, 18 de enero de 2008

De nuevo en Europa

Por fin se actualiza el panel de salidas de la estación. El autobús con destino a Sevilla saldrá a las 23:45 horas. Estoy agotado después de tantas horas de viaje. Afortunadamente he encontrado un asiento donde descansar un rato. Necesito recuperar fuerzas tras los momentos de tensión vividos en el aeropuerto. Me sorprende el incesante ir y venir de viajeros a estas horas y, sobre todo, la variedad de razas y culturas de las que parecen proceder. Tengo la sensación de que este país ha cambiado mucho desde mi primera visita, hace ya más de quince años. Menos mal que el bullicio de la estación impide que me venza el sueño. No puedo perder de vista el equipaje. Por mucho que me apetezca dar una cabezada, no me perdonaría cometer un error ahora que he pasado lo más difícil.

Todavía muestro cierta incredulidad por haber superado sin problemas el escollo de Barajas. Ya me dijeron antes de salir que la indumentaria de sacerdote ayudaría a pasar desapercibido en el aeropuerto y, sin duda, así ha sido. El pasaporte comunitario y mi aspecto físico, acorde a mi origen centroeuropeo, también han contribuido a evitar los controles más exhaustivos de la policía aduanera. Ahora me encuentro mucho más tranquilo y aliviado, dispuesto a afrontar el último tramo del viaje, toda la noche en el asiento de un autobús, con lo que puede suponer para mi maltrecha espalda. No sé cómo me dejé convencer para realizar el trayecto de Madrid a Sevilla en bus. Aunque es cierto que los sistemas de vigilancia en el tren son más minuciosos y no hay que correr riesgos innecesarios.

Después de más de diez horas de vuelo, y teniendo en cuenta el jet lag, los días que llevo malcomiendo y la noche que me espera sin pegar ojo, no veo la hora de llegar a la pensión que me recomendaron antes de salir. Es económica y está bien situada y, de momento, con eso me basta. En ella inicio una nueva etapa de mi vida, de nuevo en Europa. ¿Cómo se llamaba? Lo tenía apuntado en algún sitio... sí, está aquí. Pensión Bienvenido. Suena bien.