sábado, 2 de febrero de 2008

Un día cualquiera.


Cuatro que llegan, dos que se van; la semana ha sido un lujazo. Cuando los números van en mi favor me gusta jugar, y por ahora no me puedo quejar.
Desde siempre me he visto obligado a llevar dos contabilidades, más que nada porque si hacienda somos todos, yo me quedo con lo mío. Ahora me toca hacer limpieza y tengo que bajar a la sala de calderas a quemar algunos documentos que no me gusta que anden por aquí perdidos. Prefiero quemarlos yo, y que no los vea Adam, aunque dudo que sepa leer ese desgraciado, pero por si acaso los quemaré yo mismo.

No es que tenga nada en contra de los maricones, pero tengo hospedados una pandilla que yo no me importaría utilizar de materia prima para mi caldera.

Como la mayoría de los maricones se ponen nombres absurdos, Nino, Maico, Nono ¡ pero qué mierda de nombres son esos!. Siempre con sus abracitos y con sus complicidades, seguro que se lo montan todos juntos; bueno, en eso me dan envidia parece gente libre y no me meto con ellos. Además suelen dejar mucha pasta.

Otro de los que ha llegado tiene pinta de cura; no sé quien me cae mejor, si los maricones, los curas o los curas maricones. El caso es que como no me gusta que me hagan preguntas prefiero no hacerlas yo, pero a mi que me da que éste tipo de ojos azules no encierra algo.

Bueno será mejor que lleve estos documentos a la caldera; a ver si los destruyo antes de que alguien los vea.

(recorre el pasillo hacia la caldera cuando escucha dos personas hablando)

- Davi, si estás aquí manifiestate

- Davi, si estas por la pensión manifiestate

- Davi, puñetera, que no tengo to el día y estoy muertica de miedo.

Me quedo escuchando a la guarra de la limpieza; no me lo podía creer, ¡haciendo brujería en mi pensión!. A esta, a la mínima la echo. Pensándolo mejor… igual me interesa mantenerla, ya veré al fin y al cabo no me cae mal, y mientras no beba que haga las brujerías que le de la gana.

- Buenos días Sr. Ciro. – dice el cocinero.
- Buenos días Chaval, ¿tienes ya listo los platos para hoy?.
- Como siempre Sr. Ciro.
- Así me gusta, y no gastes mucho en comida, utiliza mejor la que sobra para dar de comer a esta pandilla de hambrientos.
- Sí Sr. Ciro, como guste, - dice con sonrisa falsa mientras ve alejarse a Matamoros.